ACUERDOS Y TRANSGRESIONES
Por: Cristina Leyva
1. Introducción
Este informe de lectura es acerca del capítulo 3, “Acuerdos y transgresiones”, las paginas 62-77, del libro “La pragmática Lingüística. El estudio del uso del lenguaje”, de Graciela Reyes.
En este texto, la autora nos hablara acerca del principio de cooperación y sus normas básicas, de las implicaturas conversacionales particularizadas y generalizadas; y los lenguajes “no serios”.
Este texto tiene como propósito dar a conocer al lector las principales teorías acerca del principio de cooperación y las implicaturas conversacionales de los autores más reconocidos, como lo son Paul Grice, John Searle, Austin, entre otros. Se presenta principalmente la teoría de Paul Grice acerca del principio de cooperación y las máximas que regulan las convenciones generales de este.
2. Paráfrasis
En primer lugar, la autora establece que gran parte del lenguaje que utilizamos cotidianamente se origina fuera de las palabras mismas. Lo que queremos decir es, en parte, lo que decimos, y a veces lo que no decimos, pero viene implicado en lo que si decimos. Esto, según Reyes, es lo que se llama noción de implicatura. La implicatura se produce, cuando hablamos, en el momento en que se combina el sentido literal de lo dicho y su contexto. Es uso del lenguaje se vuelve un acuerdo de colaboración entre los hablantes.
La autora se refiere al filósofo estadounidense John Searle, quien establece dos tipos de reglas para los actos lingüísticos y otros no lingüísticos: las reglas constitutivas, que son las que crean formas de comportamiento, y las regulativas, que son las que regulan formas de comportamiento que ya existen. Las reglas constitutivas, según Reyes, no tienen la forma de una prescripción (“haga esto”, “no haga esto”), sino que crean un comportamiento al definirlo, y para explicar esto tenemos la formula “X vale como Y”. Por ejemplo, “La enunciación de una promesa vale como la obligación de hacer algo” (Searle, Actos de habla, 1986, cap. 2). La autora establece que las reglas regulativas más importantes son las que hacen parte de la conferencia de Paul Grice, el “Principio de cooperación”.
El principio de cooperación nos permite dar cuenta de significados que no están en lo que decimos pero que los hablantes interpretan a la perfección. Lo que importa aquí, es lo que un hablante quiere decir, implica, o sugiere mediante sus palabras, que es diferente de lo que dice literalmente. Paul Grice nos habla de una implicatura no convencional, que se llama conversacional, lo que comprende, un esfuerzo por colaborar con nuestro interlocutor. Aquí, según Reyes, los hablantes tienen algún propósito en la conversación, y se trata de lograr, sea este definido o no. El principio de cooperación es el que guía a los interlocutores en una conversación. Esto quiere decir que, si el hablante parece no cumplir con este principio, el oyente, en vez de pensar que el hablante no cumple con este, va a pensar que el hablante quiere decir es otra cosa diferente. Esa otra cosa, es decir, lo que el hablante quiere decir, y el oyente no capta, surge por implicatura.
En segundo lugar, la autora nos habla de las máximas del principio de cooperación. Este está formado por ciertas máximas, que a su vez contienen submáximas. Se pueden olvidar las máximas, pero no su existencia. Son cuatro máximas, según Grice: de cantidad, de cualidad, de relación y de manera. Máxima de cantidad: que su contribución sea todo lo informativa que se requiere, ni mas, ni menos; máxima de cualidad: que su contribución sea verdad; máxima de relación: que su contribución sea relevante; máxima de manera: ser claro en lo que se dice. Según grice, lo importante no es que se cumplan estos supuestos mandatos, sino que los interlocutores actúen como si descontaran su cumplimiento. Por esta actitud de los hablantes, es que hay implicaturas.
Ahora bien, la violación de la máxima de cantidad no se toma necesariamente como una mentira, es decir, que quien quiera implicar algo mas tiene que descontar que su interlocutor sabe que él sabe que su interlocutor sabe algo sobre aquello de lo que se está hablando. Antes de acusarse de mentir, o de ser irrelevante, o de no dar la información suficiente, o de presentarla de un modo oscuro, el interlocutor va a pensar que si le parece que se está violando una máxima es porque se le quiere decir algo más. Una de las submaximas de las que hace referencia Grice, es “ser ordenado”, es decir, se espera que los relatos estén organizados en un orden cronológico y no arbitrariamente.
Reyes establece que el lenguaje tiene muchas funciones importantes aparte de las que se relacionan con la investigación científica; sabemos muy bien lo que significa una expresión sin necesidad de analizarla. Por otra parte nos dice que hay una lógica en el uso del lenguaje, y ésta es el principio de cooperación, y según este producimos e interpretamos significados lingüísticos de un modo muy eficiente.
Así, Reyes establece que, la noción de implicatura ofrece una buena salida, porque permite afirmar que las expresiones del lenguaje natural tienden a tener significados simples, unitarios y estables, que, una vez que las expresiones se ponen en contexto, pueden llenarle de otros significados.
En un tercer momento, la autora nos habla de las transgresiones y los acuerdos “no serios”, y se establece que, un hablante puede calcular una implicatura ya sea porque dé por descontado que su interlocutor observa las máximas del principio del principio de cooperación, o porque piense que su interlocutor viola deliberadamente esas máximas.
El malentendido, según Reyes, es algo que por lo común combatimos heroicamente, porque la suposición de que nuestros interlocutores quieren decir algo es sostén de todos nuestros intercambios lingüísticos. Según esto, hablamos y escribimos movidos por una intención comunicativa que puede ser descifrada racionalmente.
La autora también nos dice que “Hablar no enserio”, es decir, hablar irónicamente, manipular los sonidos en lugar de sentidos, inventar diálogos, son actos que parecen desafiar las normas de cooperación lingüística, pero que en realidad las refuerzan.
Según Reyes, entre los diferentes tipos de violaciones a las máximas, está el que Grice llama flouting, y es cuando el hablante se burla de la máxima usando, por ejemplo, expresiones figuradas, para provocar una implicatura. Un ejemplo que nos da Reyes es la violación a la máxima de cualidad, lo cual daría lugar a la metáfora, la ironía, la hipérbole. Así, le está permitido a un narrador ficticio desobedecer las máximas por que el personaje puede, intencionalmente o no, mentir o no dar toda la información requerida por qué no la sabe, o porque sencillamente viola la máxima de cualidad.
Ahora bien, según Pratt, para mantener el principio de cooperación, el lector debe sobreentender que el autor digan lo que digan los personajes, observa también ese principio, y a partir de tal sobreentendido hace todas las implicaturas necesarias para que el acto de habla literario se cumpla satisfactoriamente.
Así, la autora del texto, presenta a Grice para mostrar la teoría del principio de cooperación. Según el texto, dominar la lengua es saber manejar con soltura sus normas constitutivas y también sus normas regulativas, y una gramática impecable puede ser completamente inútil si no podemos usarla adecuadamente. Y nos deja un cuestionamiento: ¿el principio de cooperación tiene suficiente poder explicativo como para describir el contrato general de uso del lenguaje en distintas comunidades y en distintas situaciones?
Aquí tenemos algunos ejemplos:
“En el clásico sobraron las emociones”.
Por: Juan Antonio Sánchez, Periódico El Colombiano. Viernes, 16 de abril de 2010.
Aquí, el periodista no nos quiere decir literalmente que “sobraron” las emociones en el estadio, sino que fue un partido emocionante, tanto para los jugadores, como para los espectadores.
“Prostitución: problema real sin cifras
Según censo de 1963, ese año en Medellín había 18.000 prostitutas, que proyectadas a hoy serían 25.000 las personas dedicadas a esta actividad.”
Gustavo Ospina Zapata | Medellín | Publicado el 16 de abril de 2010. Periódico El Colombiano
Aquí el periodista viola la máxima de cantidad, ya que en un primer momento nos da una cifra exacta del número de prostitutas en el año 1963, pero no nos dice la cifra exacta para el año actual (2010), sino una aproximación.
“Un colombiano con piel de cristal
Relato de un hombre que parece niño y que tiene una enfermedad degenerativa y sin cura.”
eltiempo.com / vida de hoy / carrusel
Por Camilo Beltrán Jacdedt. Publicado el 16 de abril de 2010. Periódico El Tiempo.
Aquí hay una violación a la máxima de cualidad, ya que, el periodista nos dice que esta persona tiene piel de cristal, pero el periodista no nos quiere decir literalmente que esta persona tiene piel de cristal, sino que debido a una enfermedad, su piel es tan frágil y delicada como este elemento, ya que con cualquier roce se llena de llagas. Esto se podría tomar como una metáfora.
viernes, 16 de abril de 2010
miércoles, 17 de marzo de 2010
LOS ACTOS LINGUISTICOS BASICOS
LOS ACTOS LINGUISTICOS BASICOS
Por: Cristina Leyva Zapata
1. Introducción
Este informe de lectura es acerca del capítulo 3, “Los actos lingüísticos básicos”, del libro “Ontología del lenguaje” de Rafael Echeverría.
En este capítulo el autor nos muestra la concepción general que tenemos del lenguaje, y que es que este describe la realidad. Pero establece que más que realidad, el lenguaje son descripciones de las propiedades de diferentes objetos, o de sentimientos. El autor aclara que la realidad ya está ahí mucho antes que el lenguaje, y que lo que el lenguaje hace es sencillamente describir esta realidad.
El autor hace referencia a una rama de la filosofía llamada la filosofía del lenguaje y menciona en el texto a varios filósofos. Habla del filósofo austríaco Ludwig Wittgenstein y su contribución a la filosofía del lenguaje, la cual plantea que cuando hablamos no solo describimos la realidad existente, sino que también actuamos. El autor dice que, según esto, el lenguaje es acción. También el texto se refiere al filósofo británico J.L. Austin, quien destacó la naturaleza ejecutante del lenguaje, es decir que cuando se hace una descripción, a su vez se está actuando. Otro avance al que se refiere Echeverria es al del filósofo americano John R. Searle, quien propuso lo que se llamo una taxonomía de los actos de habla, según la cual, cuando hablamos ejecutamos un numero especifico de acciones, que llamó actos de habla. También el autor dice que Searle sostuvo que, no importa qué idioma hablemos los seres humanos, siempre vamos a ejecutar el mismo número restringido y especifico de actos lingüísticos. Esto quiere decir, que al hablar hacemos un sin número de afirmaciones, peticiones, declaraciones, etc., y que estas acciones lingüísticas son universales no importa el idioma que usemos.
El propósito del autor con el texto es abordar los principales actos ligústicos, basándose en las teorías que planteó John R. Searle. A continuación el autor nos presenta las dos acciones lingüísticas más usadas e importantes, que son: las afirmaciones y declaraciones.
2. Paráfrasis Textual
El autor considera que hay que preguntarse qué es lo que prima cuando hablamos, si el mundo o la palabra, y establece que a veces al hablar, la palabra debe adecuarse al mundo, mientras que otras veces el mundo se adecua a la palabra. Según lo anterior, el autor dice que cuando el mundo es el que conduce a la palabra, hablaremos de afirmaciones, y cuando el mundo requiere adecuarse a lo dicho, hablaremos de declaraciones.
Afirmaciones
El autor establece, en primer lugar, que las afirmaciones corresponden al tipo de acto lingüístico que normalmente se llaman descripciones, es decir, proposiciones acerca de nuestras observaciones. Aclara también el autor que no se debe decir que las afirmaciones describen las cosas como son, debido a que nunca se sabe como son estas en realidad. Pero establece que, como los seres humanos compartimos una estructura biológica común y una tradición de distinciones de su comunidad, les es posible observar una misma realidad. También las afirmaciones se hacen siempre dentro de un espacio de distinciones que ya está establecido. El autor nos dice que la única descripción que hacemos es la de nuestra observación, no una descripción de la realidad.
En segundo lugar, Echeverría establece que los seres humanos puedes distinguir entre las afirmaciones verdaderas o falsas, y que la distinción entre esto solo tiene sentido al interior de un determinado “espacio de distinciones” y por esto, solo bajo unas condiciones sociales e históricas determinadas. Según lo anterior, entonces una afirmación verdadera es una proposición para la tiene que haber un testigo que corrobore lo que se está afirmando; quien, por estar en el mismo lugar, en el mismo momento pueda coincidir nuestras observaciones. También el autor nos dice que las afirmaciones pueden ser falsas cuando es una proposición está sujeta a confirmación, pero que cualquier testigo que haya estado en la observación podría refutar. Ahora bien, algunas veces no se pueden confirmar las proposiciones por no existir las condiciones necesarias para su corroboración, como las afirmaciones que son acerca del futuro. Estas tendrían, según él, la calidad de indecisas.
Entonces el autor nos dice claramente que cuando afirmamos algo nos comprometemos con la veracidad de nuestras afirmaciones ante la comunidad que nos escucha. Las afirmaciones tienen que ver con lo que llamamos normalmente el mundo de los hechos.
Declaraciones
Según el autor, cuando hacemos una declaración no hablamos acerca del mundo, sino que generamos un nuevo mundo para nosotros, es decir, la palabra genera una realidad diferente, después de que se dice lo que se declara el mundo no sigue siendo el mismo. El autor nos dice, en primer lugar que las declaraciones no solo suceden en momentos importantes de la historia, sino que se encuentran en todas partes a lo largo de nuestra vida. Cuando alguien se casa, cuando alguien es declarado culpable por un juez, cuando alguien es despedido de su trabajo, etc. El hecho de hacer una declaración genera una nueva realidad. El autor establece que solo se genera un mundo diferente a través de una declaración si se tiene la capacidad de hacerla cumplir, y esta capacidad es otorgada como autoridad o puede venir de la fuerza.
En segundo lugar, nos dice que las declaraciones no son verdaderas o falsas, sino validas o invalidas, según el poder de la persona que las hace. Cuando declaramos algo nos comprometemos a comportarnos consistentemente con la nueva realidad que ha sido declarada. Entonces el autor establece que cuando hacemos una declaración también nos comprometemos por la validez de nuestra declaración y la autoridad está limitada a normas sociales específicas.
3. Conclusión
Podemos concluir que son muchos los actos lingüísticos, pero los más usados por nosotros son las afirmaciones, ya que con esto expresamos sentimientos, emociones, realidades (observaciones). Y con las declaraciones cambiamos las cosas a nuestro alrededor, con decir si, o no, cuando nos casamos, cuando tomamos una decisión, etc. Lo que hace el autor es profundizar en esto para que entendamos que el acto de habla es más que solo emitir sonidos, todo tiene un significado y un sentido.
Por: Cristina Leyva Zapata
1. Introducción
Este informe de lectura es acerca del capítulo 3, “Los actos lingüísticos básicos”, del libro “Ontología del lenguaje” de Rafael Echeverría.
En este capítulo el autor nos muestra la concepción general que tenemos del lenguaje, y que es que este describe la realidad. Pero establece que más que realidad, el lenguaje son descripciones de las propiedades de diferentes objetos, o de sentimientos. El autor aclara que la realidad ya está ahí mucho antes que el lenguaje, y que lo que el lenguaje hace es sencillamente describir esta realidad.
El autor hace referencia a una rama de la filosofía llamada la filosofía del lenguaje y menciona en el texto a varios filósofos. Habla del filósofo austríaco Ludwig Wittgenstein y su contribución a la filosofía del lenguaje, la cual plantea que cuando hablamos no solo describimos la realidad existente, sino que también actuamos. El autor dice que, según esto, el lenguaje es acción. También el texto se refiere al filósofo británico J.L. Austin, quien destacó la naturaleza ejecutante del lenguaje, es decir que cuando se hace una descripción, a su vez se está actuando. Otro avance al que se refiere Echeverria es al del filósofo americano John R. Searle, quien propuso lo que se llamo una taxonomía de los actos de habla, según la cual, cuando hablamos ejecutamos un numero especifico de acciones, que llamó actos de habla. También el autor dice que Searle sostuvo que, no importa qué idioma hablemos los seres humanos, siempre vamos a ejecutar el mismo número restringido y especifico de actos lingüísticos. Esto quiere decir, que al hablar hacemos un sin número de afirmaciones, peticiones, declaraciones, etc., y que estas acciones lingüísticas son universales no importa el idioma que usemos.
El propósito del autor con el texto es abordar los principales actos ligústicos, basándose en las teorías que planteó John R. Searle. A continuación el autor nos presenta las dos acciones lingüísticas más usadas e importantes, que son: las afirmaciones y declaraciones.
2. Paráfrasis Textual
El autor considera que hay que preguntarse qué es lo que prima cuando hablamos, si el mundo o la palabra, y establece que a veces al hablar, la palabra debe adecuarse al mundo, mientras que otras veces el mundo se adecua a la palabra. Según lo anterior, el autor dice que cuando el mundo es el que conduce a la palabra, hablaremos de afirmaciones, y cuando el mundo requiere adecuarse a lo dicho, hablaremos de declaraciones.
Afirmaciones
El autor establece, en primer lugar, que las afirmaciones corresponden al tipo de acto lingüístico que normalmente se llaman descripciones, es decir, proposiciones acerca de nuestras observaciones. Aclara también el autor que no se debe decir que las afirmaciones describen las cosas como son, debido a que nunca se sabe como son estas en realidad. Pero establece que, como los seres humanos compartimos una estructura biológica común y una tradición de distinciones de su comunidad, les es posible observar una misma realidad. También las afirmaciones se hacen siempre dentro de un espacio de distinciones que ya está establecido. El autor nos dice que la única descripción que hacemos es la de nuestra observación, no una descripción de la realidad.
En segundo lugar, Echeverría establece que los seres humanos puedes distinguir entre las afirmaciones verdaderas o falsas, y que la distinción entre esto solo tiene sentido al interior de un determinado “espacio de distinciones” y por esto, solo bajo unas condiciones sociales e históricas determinadas. Según lo anterior, entonces una afirmación verdadera es una proposición para la tiene que haber un testigo que corrobore lo que se está afirmando; quien, por estar en el mismo lugar, en el mismo momento pueda coincidir nuestras observaciones. También el autor nos dice que las afirmaciones pueden ser falsas cuando es una proposición está sujeta a confirmación, pero que cualquier testigo que haya estado en la observación podría refutar. Ahora bien, algunas veces no se pueden confirmar las proposiciones por no existir las condiciones necesarias para su corroboración, como las afirmaciones que son acerca del futuro. Estas tendrían, según él, la calidad de indecisas.
Entonces el autor nos dice claramente que cuando afirmamos algo nos comprometemos con la veracidad de nuestras afirmaciones ante la comunidad que nos escucha. Las afirmaciones tienen que ver con lo que llamamos normalmente el mundo de los hechos.
Declaraciones
Según el autor, cuando hacemos una declaración no hablamos acerca del mundo, sino que generamos un nuevo mundo para nosotros, es decir, la palabra genera una realidad diferente, después de que se dice lo que se declara el mundo no sigue siendo el mismo. El autor nos dice, en primer lugar que las declaraciones no solo suceden en momentos importantes de la historia, sino que se encuentran en todas partes a lo largo de nuestra vida. Cuando alguien se casa, cuando alguien es declarado culpable por un juez, cuando alguien es despedido de su trabajo, etc. El hecho de hacer una declaración genera una nueva realidad. El autor establece que solo se genera un mundo diferente a través de una declaración si se tiene la capacidad de hacerla cumplir, y esta capacidad es otorgada como autoridad o puede venir de la fuerza.
En segundo lugar, nos dice que las declaraciones no son verdaderas o falsas, sino validas o invalidas, según el poder de la persona que las hace. Cuando declaramos algo nos comprometemos a comportarnos consistentemente con la nueva realidad que ha sido declarada. Entonces el autor establece que cuando hacemos una declaración también nos comprometemos por la validez de nuestra declaración y la autoridad está limitada a normas sociales específicas.
3. Conclusión
Podemos concluir que son muchos los actos lingüísticos, pero los más usados por nosotros son las afirmaciones, ya que con esto expresamos sentimientos, emociones, realidades (observaciones). Y con las declaraciones cambiamos las cosas a nuestro alrededor, con decir si, o no, cuando nos casamos, cuando tomamos una decisión, etc. Lo que hace el autor es profundizar en esto para que entendamos que el acto de habla es más que solo emitir sonidos, todo tiene un significado y un sentido.
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